El clima cálido de la costa norte de Perú ofrece una deliciosa variedad de mariscos y pescados para satisfacer los gustos de los visitantes más exigentes.
Una deliciosa manera de saborear los variados sabores de los ceviches y guisos sudados es acompañándolos con una cerveza fría o chicha de jora a base de maíz.
Los amantes de las carnes rojas pueden disfrutar de nuestra exquisita carne de cabrito procedente de las cabras criadas en la zona.
Este plato, entre una cornucopia de platos tanto dulces como salados, hacen de la costa norte un lugar ideal para visitar.
Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad
Las regiones del norte gozan de un clima cálido y de mares repletos de peces y mariscos. Sus platos más apreciados son los ceviches y los guisos sudados, que combinan ingredientes recogidos del mar con condimentos ácidos y picantes, y hierbas aromáticas que aportan sabores frescos e intensos. Los ceviches se elaboran con pescado, marisco o moluscos negros, todo ello marinado con zumo de limón, pimientos picantes y sal, y servido con cebollas, batatas y maíz en grano o en mazorca.
El chinguirito es un tipo especial de ceviche elaborado con la carne salada y seca del pez guitarra. Los platos principales son el guiso de pescado sudado o el pescado al vapor. La yuca frita, las almejas con parmesano y los chifles (rodajas redondas de plátano frito) son excelentes aperitivos para compartir.
Toda la comida en el norte se acompaña de una cerveza helada o chicha de jora. Muchos habitantes de esta zona crían cabras, por lo que el seco de cabrito es un plato habitual. Otro plato es el seco de chabelo, hecho con carne de vaca a la parrilla y plátano asado y rallado. El arroz con pato, aromatizado con cerveza negra, tanto como la causa ferreñafana es también un clásico.
La sopa teóloga, un caldo preparado con pavo, y el shámbar, otra sopa preparada con frijoles, cerdo y ternera, son también emblemáticos de la cocina norteña. El norte, como cualquier región, tiene sus postres: las populares gelatinas de membrillo y el King Kong, una enorme galleta de alfajor rellena de mermelada de piña y manjar blanco. Además de los restaurantes, estos sabores se pueden degustar en chicherías, donde se cocina a fuego de leña y con ollas de barro, o en “huariques”, famosos por su especial sabor casero.
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