¿Qué es el vino seco?

Tintos, rosados, blancos… Para el común de los mortales, el mundo del vino está bastante limitado. Pero si estás decidido a sumergirte de lleno en la cultura vinícola, debes saber que hay un sinfín de matices que hacen de ella un auténtico universo por explorar. ¿Has oído hablar del vino seco? El término no es nuevo. De hecho, es uno de los conceptos básicos que debes conocer si sientes curiosidad por la enología.

¿Cuáles son las señas de identidad de este tipo de propuestas? ¿Cómo es el vino seco? ¿Tiene alguna singularidad su proceso de elaboración? Son muchas las preguntas, pero también las respuestas. Si eres de los que convierte cada copa de vino en una ventana a un universo de sabores y aromas, estás en el lugar indicado para resolver todas tus dudas.

¿Qué significa que un vino sea seco?

Puede que alguna vez te hayas preguntado qué es el vino seco, pero no hayas encontrado una respuesta unitaria. Tranquilo, no eres el único. La consideración de ‘seco’ puede hacer referencia a un punto de vista técnico o, por el contrario, referirse a una dimensión más práctica. Si se trata de esta última se refiere a la sensación de sequedad o astringencia que deja en boca al tomarlo y está relacionado con la concentración de taninos de estos vinos (generalmente en el caso de los tintos) y la influencia de la madera en barrica.

Sin embargo, la definición más popular de vino seco tiene que ver con lo que se conoce como azúcar residual. En base a esta descripción, lo que significa que un vino sea seco es que, en su proceso de elaboración, la fermentación del azúcar presente en el mosto de la uva es completa, es decir, este se transforma casi completamente en alcohol.

Cómo es un vino seco: características

Si has llegado hasta aquí puede que ya tengas alguna idea de cómo es un vino seco. Pero para que no queden dudas, estas son algunas de sus principales características:

  • Acidez. La acidez es una característica distintiva de los vinos secos y está estrechamente relacionada con la concentración de azúcar residual. Para formar parte de esta categoría, la misma no puede superar los 4 gramos por litro. Si hablamos de semisecos, el límite asciende hasta los 12 gr/l, mientras que en los semidulces la horquilla estaría entre 12-45 gr/l y, en el caso del vino dulce, la concentración supera los 45 gr/l.
  • Cuerpo. A diferencia del vino dulce, un vino seco suele ser más ligero y fluido. No obstante, la variedad de la uva y el proceso de vinificación pueden interferir en la estructura y robustez final.
  • Sabor. Los vinos secos presentan un perfil de sabor principalmente ácido. Esta característica permite percibir más fácilmente la complejidad de sabores y aromas.
  • Aromas. Otras de las cosas que significa que un vino sea seco es que tiene aromas intensos, principalmente, salpicados de notas herbáceas, especiadas o de madera cuya persistencia es, sin embargo, más corta que en el caso de los vinos dulces.

Con un ceviche de pescado blanco, un risotto de setas, una sencilla ensalada de verano… Sus señas de identidad hacen del vino seco una opción de maridaje perfecta con multitud de recetas. ¡Descúbrelo!

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