Comer aperitivos saludables y nutricionales

Para gran parte de nosotros, los snacks o aperitivos son sinónimo de comida basura: unos alimentos llenos de calorías vacías, grasientos y, en muchos casos, carnívoros. Y es que las opciones que nos ofrece el mercado de alimentación convencional no suelen ser alternativas sanas que logren conquistar a los consumidores.

Esto no es así en los supermercados de alimentación natural, donde ya podemos encontrar una interesante e imaginativa selección de productos para picar entre horas sin añadirle al cuerpo una sobredosis de grasas trans, azúcares o sodio.

En cualquier caso, tanto en el trabajo como disfrutando de un momento de ocio, lo más importante es preguntarnos si verdaderamente tenemos hambre o vamos a comer por inercia, convirtiéndonos en comedores por aburrimiento o comedores sociales.

Snacks para los más jóvenes

Para los niños y adolescentes, que están en una etapa de continuo crecimiento, unos saludables snacks pueden convertirse en un suplemento nutricional clave en su desarrollo. En esta fase de la vida, el cuerpo suele pedir más comida de la habitual y es muy usual que recurran a la bollería industrial, las chucherías o los bocadillos de embutidos cargados de grasas saturadas que van a dejar una huella imborrable en su salud futura.

Ni siquiera las prácticas barritas energéticas, que se publicitan como saludables, se libran de la sombra de la sospecha, ya que muchas de ellas son bombas azucaradas que pueden contener grasas saturadas. Lo mejor para los más jóvenes es acostumbrarles a tomar frutos secos que vengan tostados y no fritos y, a ser posible, sin sal.

Cuando su cuerpo les pida dulce, si les acostumbramos a tomar pasas de uva, les estaremos dando la mejor y más rápida fuente de glucosa capaz de saciar su necesidad de dulces al instante. Y mezclando semillas y frutos secos picados, harina de gofio, miel y un poco de cacao en polvo puro desgrasado con agua podemos elaborar unas bolitas de chocolate que calmen sus ganas de golosinas, un postre lleno de vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales.

Cocinando un sabroso tentempié

Para agasajar a nuestros invitados o para llevarnos al trabajo, cuando necesitamos calmar el hambre entre horas, existen aperitivos y tentempiés sanos, salados o dulces. Podemos preparar triangulitos de sándwiches de pan integral con una capa de crema de frutos secos y otra de mermelada elaborada con sirope de agave o fructosa.

O elaborar crema de queso de yogurt casera colando toda la noche un yogurt natural sobre una gasa o tela y mezclándolo por la mañana con hierbas, sal y un toque de aceite de oliva. Esta crema, junto con unos colines de sésamo, es perfecta para picar en el trabajo a media mañana.

Otra buena idea es cortar un bloque de tofu ahumado en taquitos y marinarlos en aceite, ajo, orégano y comino. Después los hacemos en la sartén, moviendo sin parar, hasta que nos queden crocantes. Estos torreznos de soja son deliciosos y fáciles de llevar.

Aperitivos sanos para comer

Cuando salimos a tomar algo fuera de casa y nos preocupa encontrar aperitivos que no nos perjudiquen, nuestra tradición gastronómica nos ofrece opciones más amables e incluso saludables, como por ejemplo las aceitunas, que aunque son bastante calóricas no poseen grasas saturadas o hidrogenadas y sí un montón de ácidos grasos esenciales que van a regular nuestro colesterol.

Otro aperitivo muy común en bares y cines son las palomitas, que si no han sido elaboradas con mantequilla y sí con aceite de oliva, son una excelente opción saciante y ligera. Y, entre los mejores, sin duda, los frutos secos. Pero debemos decantarnos por los pistachos, las pipas de girasol y las de calabaza, ya que tenemos la garantía de que no se han frito, si bien deben limitar su consumo los que padezcan hipertensión o retención de líquidos, pues con frecuencia suelen comercializarse salados.

Garbanzos picantes y crujientes

Con esta legumbre, podemos preparar un aperitivo diferente, lleno de fibra y proteínas y sin casi grasas.

Ingredientes

  • 1 taza de garbanzos cocidos
  • 1/3 vasito de aceite de oliva extravirgen
  • 2 dientes de ajos
  • 1 cucharadita de romero seco
  • 1 pizca de chili
  • Sal rosa del Himalaya

Elaboración

  • Cocemos un puñado de garbanzos o utilizamos un bote de garbanzos cocidos. Escurrimos muy bien y mezclamos en un bol con el aceite de oliva extravirgen, el romero seco, los dientes de ajo muy picados y una cucharadita de sal. Volcamos sobre una fuente de horno y metemos al horno precalentado a 160ºC.
  • Es conveniente remover los garbanzos cada 5 minutos para que se cocinen de forma homogénea y no se nos quemen. Dejamos unos 30 minutos y cuando los saquemos del horno les espolvoreamos una pizca de chili.

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